Los ataques de pánico son episodios súbitos de miedo intenso acompañados de síntomas físicos como palpitaciones, sudoración, y sensación de ahogo. Pueden ocurrir en adolescentes y adultos, a menudo sin una causa aparente, y pueden ser aterradores y debilitantes.
Es crucial tratar los ataques de pánico para prevenir la evitación de situaciones, la pérdida de confianza y el desarrollo de trastornos más graves como la agorafobia. La terapia cognitivo-conductual y la medicación pueden ayudar a controlar los síntomas y reducir la frecuencia de los ataques.