El control de la ira es la capacidad de gestionar la emoción de la ira de manera saludable. Tanto adolescentes como adultos pueden tener problemas con la ira, manifestándose en explosiones emocionales, conflictos y violencia.
Tratar el control de la ira es esencial para mejorar las relaciones y prevenir consecuencias negativas en la vida personal y profesional. La terapia puede enseñar habilidades de afrontamiento, técnicas de relajación y estrategias para manejar la ira de manera constructiva.